La Fundación De Atención Al Migrante, FAMIG, en su labor diaria de ayuda a la población vulnerable radicada en Bogotá, en voz del director ejecutivo el padre Wilfran Oyola, dio inicio a una nueva jornada de cursos formativos que contribuyen a un alcance de mejores oportunidades laborales.
“Es mejor enseñar a pescar que dar el pescado, porque el que aprende a pescar ya sabe el oficio, ya sabe salir adelante” fueron palabras del Padre en el inicio de clases, donde enfatizó el acompañamiento psicosocial, espiritual y de proyecto de vida, con lo que se busca fomentar el emprendimiento y crecimiento personal de todos los beneficiados:
“No es simplemente que sean profesionales, necesitamos saber cómo están, esto será una formación integral (…) Apoyarse, ayudarse, ustedes van a ser una familia”.
Belleza capilar, corte y confección, manicura y pedicura, barbería, panadería y comidas rápidas serán las temáticas educativas que ahora hacen parte del proceso formativo de venezolanos y colombianos. Iniciativa que nace con el objetivo de brindar un acompañamiento pedagógico y financiero, pues los inscritos no cancelan valor alguno por el curso, en cambio solo deberán hacerse cargo de unos adicionales, acerca de esto nos habla la coordinadora del Centro Pastoral de Capacitación, la Hermana Valdete Wilemann:
“Con las puertas abiertas para todos (…) la fundación está apoyando el 50% de los kits de trabajo y uniformes” sin embargo, la Hermana mencionó que, aunque los costos estuvieran establecidos de esta manera, aun así, dependería de la situación de cada alumno.
El desarrollo de este proceso de aprendizaje se realizará dos días a la semana de 8 de la mañana a 5 de la tarde en el Centro Pastoral de Capacitación con dirección Carrera 73c bis #38b -16 Sur. Allí se reunirán los estudiantes durante 8 meses esperando superar sus grandes expectativas, tal es el caso de Johana Alaya, madre soltera venezolana, que nos compartió su motivación de ser parte del proyecto:
“Adquirir el conocimiento para crecer como ser humano, como mujer, como emprendedora, como empoderada, como madre”.
Los estudiantes deberán realizar una serie de acciones en su comunidad que reflejen el espíritu del compartir, esto junto a una exitosa finalización del curso les permitirá obtener un certificado expedido por la fundación.
